Cursos de extensión en la UARM

March 10, 2009 – 9:23 pm

Algunos cursos de extensión interesantes de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya que llegaron a mi bandeja de entrada.

Utopías: Filósofos y Sociedades Ideales
A cargo de Patricia Mendoza

Del 30 de marzo al 4 de mayo
Lunes de 6:30 a 9:00 p.m.

Ya antes de Platón algunos filósofos habían imaginado sociedades ideales en las cuales poder plasmar sus teorías. Poniendo de lado los límites que imponen las sociedades y la política, algunos teóricos han optado por convertirse en legisladores de comunidades imaginarias. En este curso, discutiremos algunos ejemplos de este tipo de sociedades.

Examinaremos en secuencia histórica las nociones de bien, las concepciones de naturaleza humana y los principios políticos que dieron lugar a esas utopías. Además, abordaremos el papel que cumplen esas utopías desde las perspectivas de autores como Platón, San Agustín, Tomás Moro, Bacon, Kant, Marx y finalmente, consideraremos algunos argumentos contra cualquier tipo de propuesta utópica.

La música del Perú: Géneros e Instrumentos
A cargo de Efraín Rozas

Del 30 de marzo al 4 de mayo
Lunes de 6:30 a 9:00 p.m.

La música en el Perú es vasta e interminable, no sólo por sus géneros sino por los distintos instrumentos y las diversas formas de interpretación que varían de región en región. Se desarrollarán los principales géneros e instrumentos de la Costa, Sierra y Selva; además de incidir en el contexto histórico social en el que cada uno se ha ido gestando hasta nuestros días y analizando la propuesta de fusión de cara a la globalización.

Para leer sobre…Pensamiento Latinoamericano
A cargo de Carlos Lecaros

Del 31 de marzo al 5 de mayo
Martes de 6:30 a 9:00 p.m.

La pregunta que formulara, por los años ’60, Augusto Salazar Bondy sobre si existía una “filosofía de nuestra América”, marcó un hito en el pensamiento filosófico latinoamericano porque no sólo ponía en el debate el estilo de “hacer filosofía” en esta parte del mundo, sino que propició que se visibilizaran diferentes posiciones sobre el tema. Es en este contexto que se entiende por pensamiento latinoamericano la forma particular de “hacer filosofía” en cuanto afirmación de raíces, de identidad propia y sentido liberador de cualquier forma de dependencia.

Desde esta óptica, más que pretender hacer el recuento histórico de las corrientes filosóficas, básicamente europeas, que indudablemente han influido e influyen en América Latina, presentaremos el “encuentro” entre culturas que ha impulsado una manera de reflexionar sobre la realidad -la propia realidad histórica- para asumirla en su totalidad y comprometerse con ella para su transformación.

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Particularmente interesantes me suenan el de utopías y el de pensamiento latinoamericano. En fin, por si a alguien le llama la atención.

El rastro de la música

March 6, 2009 – 5:02 pm

Siguiendo con el último tema de la música en el Perú, esta noche tienen para disfrutar conciertos en Lima y alrededores de:

  • Turbopótamos
  • Difonía + Diazepunk + Contracorriente y más
  • Backdoormen (tributo a The Doors)
  • Tributo a The Beatles
  • Bareto
  • La ira de Dios, Ultramotor, Radio Garage y más
  • Groundation

Y mañana:

  • Tributo a Alice in Chains
  • Mar de Copas
  • Hernan Cattaneo
  • Elvis Crespo + Fonseca

¿Interesados? Resulta que descubrí vía Twitter la agenda de conciertos de conciertosperu.com.pe, y está buenísima. Me pareció relevante a lo que comentaba sobre que uno de los primeros pasos es recopilar información sobre lo que está pasando. Y, felizmente, también tienen RSS.

Hacer música en el Perú

March 4, 2009 – 1:42 am

Hoy me pregunto lo siguiente: ¿Qué significa hacer música en el Perú? Lo siguiente son idea sueltas y algunas preguntas.

Primero que nada, hacer música en el Perú es algo que está marcado por el tema de la piratería. Realísticamente hablando, un grupo de música no puede pretender vivir en el Perú de la venta de discos. Algo que, además, se vuelve cada vez más cierto en todo el mundo. Pero se venden discos, se venden muchos, y circula muchísima música – sólo que no lo hace a través de los canales formalmente establecidos para ello.

Luego está el problema de la promoción. Lo normal es aprovecharse de las radios y la televisión, pero son circuitos demasiado cerrados a los cuales acceder es muy complicado. No hay, en realidad, una amplia promoción de la producción local, más que dentro de ciertos géneros y siempre bajo el auspicio de unas cuantas empresas disqueras. La gran promesa se vuelve aquí también la web, con grupos peruanos cada vez más estableciendo presencia en redes sociales como MySpace o Facebook, y a través de estos espacios difundiendo tanto su música como información sobre sus próximas presentaciones. Hace poco descubrí al grupo Radio Huayco por medio de su página en MySpace, y entre mis amigos de Facebook tengo a Colectivo Circo Band. Incluso Last.fm sirve también como un vehículo para promocionar tanto bandas locales como eventos y conciertos en el calendario del sitio.

El problema es un poco, creo, de agregación. Cómo se agrega toda esta información, si es que se agrega de esta manera. Obviamente la solución ya no es tan simple ni tan 1996 como hacer un “directorio” de dónde está qué cosa – esto sería rápidamente desfasado y desactualizado. La pregunta va más por el lado de, ¿está todo esto ayudando a articular una comunidad en torno a la producción de música en el Perú, al menos en Lima? ¿Se está integrando esto de alguna manera con los circuitos informales de venta y distribución de discos? Además de eso, ¿cómo están funcionando las experiencias de promoción y distribución de música y eventos vía web? Yo me entero de muchas más cosas ahora. ¿Cómo están manejando las bandas y los músicos este tipo de actividades? ¿La manejan ellos mismos? ¿Hay espacio para individuos/grupos especializados para que manejen este tipo de interacciones?

Se me ocurre que hay muchísimo potencial para este tema. En primer lugar, porque existen muy buenos músicos en el Perú, muy buena música, y muchísimas influencias que recoger y con las cuales jugar y realizar nuevos experimentos. Uno de los más interesantes es el de La Gran Reunión (del que me enteré por el blog de Heduardo), una nueva compilación de música criolla de Lima de la se habla como “el Buena Vista Social Club peruano”.

Así como esto, hay muy buenas cosas que no encuentran la difusión que deberían, también en gran medida porque los consumidores musicales no sabemos bien cómo llegar a estas cosas. Quizás el primer punto de partida sería aliviar un tema de información – de los grupos, de los músicos, de dónde conseguir la música, dónde descubrirla, cómo catalogarla, cómo se relaciona entre sí, dónde se dan las presentaciones, etc. Esto mismo es también parte de un proceso de aculturación, de un aprendizaje sobre cómo vincularse con el arte y la cultura.

Éste es un compendio de preguntas, en realidad, y quiero saber más. Si alguien sabe de otros grupos que estén jugando con promoción en la web (de hecho los hay), si alguien que esté jugando con esto quiere compartir los resultados, si quieren promocionar más grupos, empecemos. Podemos ir coleccionando información, o por lo menos mapeándola, y luego ver qué podemos hacer con eso. Este tema da para mucho más, desde la producción, la distribución, la promoción, la comercialización, la presentación, etc., y toda una serie de temas que me gustaría ir explorando en torno a hacer música en el Perú.

Estimulación temprana: videojuegos, educación y la corteza prefrontal

December 14, 2008 – 2:20 am

Interrumpimos el tortuoso cronograma de actividades de estos días para dejar un par de reflexiones, o una sola en realidad, siguiendo la línea de pensar y discutir sobre el estudio, la promoción y el desarrollo de los videojuegos en el Perú. No encuentro ahora la fuente, pero recuerdo haber aprendido esto en un curso de Realidad Social Peruana: un niño que no recibe una adecuada nutrición en sus primeros cinco años de vida, no consigue desarrollar su capacidad cerebral de manera óptima como para poder llevar una vida intelectual plena años después. Situación que resulta especialmente trágica en un país con índices de pobreza y malnutrición como los tenemos nosotros.

Una investigación reciente de la Universidad de Berkeley ha llegado tan lejos como para mostrar que niños que crecen en condiciones de pobreza exhiben daños en la corteza prefrontal del cerebro que llegan, en algunos casos, a parecerse al daño sufrido por pacientes víctimas de derrames cerebrales. Esto termina siendo el resultado de dos factores: por un lado tenemos el problema nutricional, por otro lado, el problema de que niños creciendo en condiciones de pobreza se ven sometidos a un número significativamente menor de estímulos como para desarrollar su actividad mental. Al punto que “estudios previos han mostrado que niños de familias pobres escuchan 30 millones de palabras menos para cuando llegan a los cuatro años que niños de familias de clase media”. Dicho sea de paso, la corteza prefrontal es el área del cerebro donde se considera se manejan las funciones principales de toma de decisiones y resolución de problemas. Saquen su línea.

El mismo estudio, sin embargo, apunta a la posibilidad de que la actividad cerebral en estos niños pueda ser reactivada o estimulada a través del uso de juegos. Los experimentos realizados se basan en juegos sumamente simples pero que dejan abierta esta posibilidad, y si me siguen hasta aquí saben en qué dirección estoy yendo: en un país como el nuestro, donde los niños se enfrentan a estas condiciones y consecuencias, tenemos que buscar la manera en la que, a gran escala, podamos generar la posibilidad de estimular todas estas mentes jóvenes para permitirles un pleno desarrollo de sus capacidades.

Por supuesto que la lógica de los videojuegos es considerablemente más compleja que el “simple” hecho de reactivar la corteza prefrontal (al poner al jugador en la necesidad constante de tomar decisiones rápidas frente a estímulos cambiantes). Hay mucho más de por medio que es pertinente e interesante analizar y discutir. Pero sí debería marcarnos una pauta clara de por qué este tipo de reflexiones son particularmente interesantes, y particularmente relevantes. Esto porque, además, debemos tener algo en consideración: a medida que los juegos de video, como industria y como medio, adquieren una centralidad cada vez más marcada en nuestra cultura, la competencia en el uso de estos recursos (tanto a nivel de jugadores como de desarrolladores) será un indicador para considerar nuestra competitividad frente a otras naciones o economías. A medida que un mayor número de interacciones se den en estos medios, y que mayor cantidad del bagaje cultural se transmita en estos formatos, la pregunta por cuál es el tramo extra que debemos recorrer para estar actualizados se volverá relevante. Y resulta, hoy especialmente, una pregunta a la cual podemos adelantarnos a ensayar una respuesta.

Pero no resultará posible que demos un paso en esta dirección si no nos esforzamos ahora por ampliar nuestro concepto de los videojuegos y de la importancia pedagógica de la función lúdica, del acto de transgredir y transformar que se da en el espacio legitimado de juego. Hay mucho de educación, cultura, psicología, economía, que tenemos que poner sobre el tapete para pensar con mayor claridad sobre estas cosas, y hacerlo, además, de una manera ingenua. Soy de la idea (reconocidamente ingenua) que estamos en este momento en una coyuntura que nos permite adelantarnos -como comunidad, como país- a mucho de lo que se está haciendo a nuestro alrededor. Podemos saltar a la oportunidad de estar realmente adelante en este tema que cobrará una mayor importancia dentro de unos 15 a 20 años, para cuando nosotros ya podríamos tener una base instalada, una comunidad de estudios, una base de conocimiento y desarrollo sobre la cual construir una nueva industria. Son inversiones a largo plazo que, si esta retahíla de ingenuidades tiene algún sentido, podría incluso servirnos para reactivar millones de cortezas cerebrales que están esperando la oportunidad.

Más amor al arte

December 7, 2008 – 1:57 am

Hace un par de días conversaba con Gabriel Alayza, pintor/ilustrador/diseñador, sobre una de las ideas que solté para la pregunta “¿Qué harías por amor al arte?“. Me refiero a la idea 26:

26. Promover la colección de arte entre gente joven. Yo tengo 23 años. ¿Por qué no puedo tener perfil de coleccionista joven? Podemos empezar a promover que gente joven invierta en artistas jóvenes. Es un hábito que se queda.

Gabriel me contextualizó muchísimo más en este asunto del cual, realmente, no sé nada. Pero al parecer es una oportunidad para revolucionar todo el circuito de producción-distribución-comercialización de arte en el Perú, que no sólo es de una envergadura bastante limitada sino que, además, está restringido a unos pocos círculos que acaparan prácticamente la totalidad del movimiento.

Definitivamente no tengo aún una idea clara, pero es algo en lo que espero empezar a trabajar, a partir de algunas de las ideas que hemos conversado. Primero, ¿quién es el coleccionista o el potencial coleccionista de arte en el Perú? Hasta ahora el asunto se ha limitado a sectores socioeconómicos muy específicos (es decir, los sectores con mayores recursos disponibles para invertir en arte). Muy poco se ha considerado sobre cómo ampliar este “mercado objetivo”. Más aún, cuando se habla de coleccionistas jóvenes, se piensa más bien en un perfil de un coleccionista mayor de 35 años.

Y se siguen abriendo preguntas a partir de ahí. ¿Qué es propiamente “coleccionar” arte? Además, cuando empezamos a pensar en coleccionistas jóvenes (digamos, entre los 20 y los 30 años), ¿”coleccionar arte” seguirá significando lo mismo? Parecería que no, por la diversidad de condiciones y de recursos con los que un coleccionista joven puede contar para invertir y mantener una colección. Pero, también, porque las nuevas generaciones se aproximan al arte con una sensibilidad diferente: una generación que ha crecido inmersa en la cultura de lo visual exhibe una aproximación diferente al universo de lo visual. Además de que, para muchos jóvenes, el espectro de lo artístico es también más amplio: no es solamente la pintura, sino que también estamos hablando de objectos de consumo, música, películas, y demás. ¿Cómo se incorporan todos estos nuevos elementos dentro de la figura de “coleccionar”?

Hay toda una serie de variables ambientales que ir identificando y con las cuales ir jugando. El asunto, en el fondo, parece ser el siguiente: la brecha que existe entre el consumo ocasional de objetos artísticos (p.ej. tener un cuadro para tu cuarto o tu sala) y el coleccionista de arte es demasiado amplia, y en la práctica resulta una brecha insalvable para alguien que no tenga (a) los recursos materiales para invertir en el arte mismo, y el conocimiento para identificarlo y seleccionarlo, y (b) los contactos y las conexiones para introducirse en la lógica propia del mundo de los coleccionistas de arte, que incluye artistas, galeristas, curadores, críticos, coleccionistas, entre otros personajes. La idea de promover la figura del coleccionista joven es un poco salvar esa brecha: desarrollar los recursos, espacios y circuitos para poder acompañar a una persona joven, con un interés especial y potencial en el arte, para que recorra el camino del consumo casual a alguna forma más estructurada de coleccionar arte. Es decir que lo primero es desmitificar una serie de cosas: primero que nada, desmitificar el arte como algo alejado de la realidad cotidiana y reservado tan sólo a unos pocos legitimados para participar en ese mundo; desmitificar lo que es un coleccionista y un crítico y quiénes tienen derecho y acceso a desarrollar una sensibilidad para evaluar y juzgar sobre lo artístico; desmitificar que, en consecuencia, el acto de coleccionar arte no sea algo que pueda construirse como un hábito, de a pocos, a partir de un proceso de aprendizaje e involucramiento paulatino, en el cual existe también un espacio para que una persona joven se involucre. Y allí donde no encontremos que exista ese espacio, es donde debemos hacer el esfuerzo especial por inaugurarlo.

Creo que los beneficios de una figura de este tipo son múltiples. En primer lugar, ampliar significativamente la base de gente que desarrolla un interés activo en el mundo del arte y se involucra con su desarrollo. Hacerlo, además, desde temprana edad favorece el que se desarrollen hábitos que se puedan fortalecer con el tiempo. Todo esto conseguiría, también, ampliar el circuito del arte y sacarlo de ámbitos restringidos hacia una cuestión más amplia y abierta, ampliando también la posibilidad de estilos y propuestas que se pueden encontrar, de perspectivas desde la crítica, y de perfiles de coleccionistas. Lo interesante es también como esto nos abre el espacio para articular una comunidad artística amplia y más cohesionada, con más vertientes: esto porque me parece que en este proceso de salvar o achicar la brecha, es necesario un proceso de acercamiento de todos los actores que se mueven en esta dinámica unos con otros. Es decir, para acompañar a un coleccionista joven en este proceso, la idea es acercarlo a conversar con el artista, con el curador, y con todos los personajes de la historia para que conozca más de cerca cómo interactúan los roles. No sólo gana así la confianza, sino también las herramientas para poder ingresar en el universo del arte sin sentirse (tan) perdido.

Todo esto es un proceso que, además, se va desarrollando en el tiempo: coleccionistas jóvenes pueden invertir en el arte de artistas jóvenes, y generaciones de coleccionistas/curadores/críticos/artistas pueden ir creciendo y desarrollándose juntos, retroalimentándose en el proceso.

Ésta es una idea en la que espero empezar a trabajar un poco a partir de enero, en primer lugar conversando con más personas involucradas y puliendo el modelo, haciendo los primeros pilotos e identificando perfiles y personas. Cosas que me gustaría saber: ¿Hay experiencias previas de esto a nivel mundial/regional/local? ¿Qué obstáculos existen a una idea de este tipo? ¿Quiénes podrían ser los mejores aliados a los que recurrir para sacar esto adelante? ¿Cuál sería la mejor manera de promoverlo/difundirlo? Obviamente son preguntas bien amplias sin respuesta clara, pero son las primeras preocupaciones en las que podemos ir trabajando. Por supuesto, cualquier comentario es bienvenido.

Amor al arte

December 4, 2008 – 12:19 am

Ambas tomadas de En vez de la tele, blog de Juan Infante.

La primera. Juan plantea la pregunta, ¿Qué harías por amor al arte? Y nos deja una lista con 23 ideas. Sugerencias bienvenidas, la lista queda abierta. Algunas de mis favoritas:

1. Un seminario sobre “cómo ponerle precio a mis cuadros”. Invitando a galeristas peruanos y extranjeros y a artistas plásticos con presencia importante en el mercado.
4. Haría en verano un evento de tres días en el MAC, no nos movemos hasta que se desentrampe el Museo de Arte Contemporáneo. Música, performance, danza, teatro, cuentacuentos, artes plásticas, poesía. ¡No no nos moverán!.
6. Pondría el arte en las calles, muchas veces, en muchas calles.
11. Pintaría Gamarra como una obra de arte.
12. Pintaría los campamentos mineros como obras de arte.
15. Invertiría mucho en diseño. El diseño importa. Diseña.
17. Le pediría a un diseñador industrial que por favor diseñe un modelo de puesto de canillita más humano, con sillas más humanas.
18. Al mismo diseñador le diría que diseñé sillas para todas las personas que venden en los mercados.
19. Iría a Polvos Azules a negociar los derechos de autor de los músicos y videastas peruanos.
20. No pararía hasta que un cantante o grupo peruano llene un estadio importante de Argentina.
22. Pintaría las paredes con el lema ¿Qué harías por amor al arte?
23. Te pediría que por favor me respondas la pregunta ¿Qué harías por amor al arte?

Ojo que la idea es la siguiente: no es solamente “bonitas ideas para promocionar el arte”, sino, realmente, qué cosa estarías dispuesto a contribuir, personalmente, para desarrollar el arte en el Perú. Inevitablemente se vuelve un tema de compromiso personal, que más bien es la pregunta individual de qué cosa puede aportar cada uno desde su propia área de experiencia. De mi propia cosecha:

24. Talleres para artistas sobre cómo montar, mantener y promocionar muestras en línea de su trabajo.
25. Una capa en Google Maps de Lima con un recorrido de las últimas muestras de arte y un circuito actualizado semanalmente para ver nuevas exposiciones, teatro, cine, etc.
26. Promover la colección de arte entre gente joven. Yo tengo 23 años. ¿Por qué no puedo tener perfil de coleccionista joven? Podemos empezar a promover que gente joven invierta en artistas jóvenes. Es un hábito que se queda.
27. ¿Por qué las malditas vallas donde vayas, cuando no muestran publicidad, no muestran reproducciones de obras de artistas locales?

La segunda. Buen arte a buen precio en la muestra Desenfranquiciados, un conjunto de artistas locales vendiendo diferentes tipos de obras a precios accesibles. Yo tengo la esperanza de cancelar ahí todas mis compras navideñas con regalos más interesantes de lo normal.

Desenfranquiciados promueve un trabajo artístico económicamente accesible y estéticamente desembarazado de las exigencias del rating comercial, tal cual se impone tácitamente en el circuito de galerías comerciales y sus trastiendas.

Va este viernes y sábado en Miraflores, revisen el enlace para más información y la lista de los artistas participantes.

Mercado, cultura, liberalismo y censura

December 3, 2008 – 12:04 am

Encontré esto en Boing Boing que creo es particularmente relevante: ahora que en las últimas semanas hemos escuchado de una u otra forma de censura – uno de los más preocupantes y sonados es el cierre de la galería Vértice para censurar una muestra que exhibía imágenes religiosas (también aquí y aquí) – me llamó mucho la atención el siguiente texto de Neil Gaiman, en defensa de aquello que no queremos defender. Traduzo el pasaje relevante que apareció en Boing Boing:

Asi que cuando Mike Diana fue acusado — y encontrado culpable — de obscenidad por los comics en su revista “Boiled Angel”, y sentenciado a una serie de cosas, incluyendo (si la memoria no me falla) una sentencia suspendida de tres años en la cárcel, una multa de tres mil dólares, no poder estar en el mismo cuarto que alguien menor de dieciocho, más de mil horas de servicio comunitario, y se le prohibió dibujar cualquier otra cosa obscena, con la policía local haciendo revisiones imprevistas las 24 horas para asegurarse de que Mike no estuviera secretamente cometiendo Arte en las tempranas horas de la madrugada… Ése fue el punto en que decidí que sabía qué era obsceno, y eso era acusar a artistas por tener ideas y trazar líneas en un papel, y supe que iba a hacer todo lo que pudiera para apoyar el Fondo de Defensa Legal de los Cómics. Si me gustaba o si aprobaba lo que Mike Diana hacía era irrelevante. (Para el acta, no me gustaban los textos de Bioled Angel, pero sí me gustaban los cómics, que eran personales y mostraban una fuerza cruda. Y en algún lugar de la colección desordenada de revistas en el sótano tengo Boiled Angel 7 y 8, que leí entonces para descubrir qué era lo que estaba siendo perseguido, y por lo que por tenerlo podría ahora, asumo, ser arrestado…)

…Tú me preguntas, ¿qué hace que valga la pena defenderlo? La única respuesta que puedo dar es ésta: la libertad de escribir, la libertad de leer, la libertad de tener material que consideras que vale defender significa que tienes que defender cosas que no consideras que vale la pena defender, incluso cosas que encuentras de mal gusto, porque las leyes son grandes instrumentos torpes que no diferencian entre lo que te gusta y l oque no, porque los acusadores son humanos y tienen conflictos y luchan por la re-elección, porque la obscenidad de una persona es el arte de otra.

Porque si no defiendes las cosas que no te gustan, cuando vengan por las cosas que sí te gustan, ya habrás perdido.

Me parece interesante, particularmente interesante (y un poco preocupante) como el núcleo de esta defensa es una firme creencia liberal: la idea de que el ámbito legal está separado de lo eclesiástico o ideológico, de que se debe salvaguardar la libertad en el ámbito de lo privado. Digo interesante porque, irónicamente, en el Perú este tipo de censuras suelen coincidir con sectores que se proclaman “liberales”, al menos en materia económica, pero no que no son consecuentes con eso en el plano de lo político. El liberalismo en el Perú está sumamente golpeado, diría, con liberales que no se la creen del todo, sino en la medida solamente en que les conviene. Es la separación peligrosa (alerta de Godwin) que puede llevarnos por caminos históricos que no querríamos necesariamente recorrer.

La verdad es que el liberalimo en el Perú es bastante poco liberal: los que defienden un liberalismo desde el punto de vista económico generalmente son una clase empresarial muy cercana al poder político, muy tradicional en términos culturales y que no están exactamente comprometidos con promover la diversidad cultural, la tolerancia, el diálogo. Por alguna razón cuando llegamos a esa frontera el liberalismo deja de ser un valor tan importante y aparecen la censura y la represión.

Supongo que de este liberalismo-más-parecido-al-mercantilismo se deriva, también, que tengamos en el Perú una clase empresarial que es, en realidad, bastante poco emprendedora, salvando algunas excepciones notables. Tenemos hombres y mujeres de negocios, pero son muchos menos los que realmente invierten y se juegan el riesgo de inventar cosas nuevas, sino que más bien reciclamos modelos, importamos ideas, probamos cosas más o menos seguras. O peor aún, tenemos enraizada la idea de que desarrollar negocios, empresas en el Perú significa corromper, significa pagar derecho de piso, conseguir por lo bajo licitaciones, lobbistas, favores políticos, cualquier cosa por evitar tener que enfrentar la competencia en el mercado. De allí que nunca hayamos tenido realmente una clase empresarial comprometida con ningún tipo de “idea de país”, sino solamente con el beneficio inmediato, cortoplacista, de unas pocas familias.

Más que un simple tema de resentimiento o acidez, lo que intento aquí es abrir la pregunta: ¿Cómo afecta este divorcio a la manera como gestionamos nuestros recursos culturales? ¿Cómo atendemos los problemas que señala Gaiman, y cómo los desvinculamos de este liberalismo trucho que conocemos?

PerúWiki: mejorar la presencia peruana en Wikipedia y la web

November 22, 2008 – 5:38 pm

Hace un par de días conversaba con Rafael (a quien no tengo a dónde enlazar) quien me hizo notar una comparación perturbadora: conversábamos un poco sobre el mérito y los problemas que implica algo como Wikipedia, y él me señaló lo difícil de asimilar que es que un artículo sobre furrys pueda tener mayor longitud y complejidad que un artículo sobre la guerra de independiencia peruana. Lo cual me dejó pensando – no tanto sobre el problema de si hay elementos de “conocimiento” que valgan más que otros, que ameriten mayor atención, ni nada por el estilo. Si esta comparación es posible es porque hay más gente interesada en información precisa sobre los furrys en Internet, que sobre la historia del Perú. No estoy del todo seguro que la comparación sea justa: si comparan, por ejemplo, el artículo sobre la independencia peruana en Wikipedia en español con su contraparte sobre furrys, la cosa mejora al menos un poco. Por otro lado, es un artículo sobre un tema puntual comparado con otro sobre un tema más general.

Pero mi problema es otro. Mi problema gira en torno a la “gente interesada”: ¿Quién debería ser esa gente interesada? Obviamente en el mundo de Wikipedia, se trata de cualquier usuario con interés. Mi problema no son tanto los furrys (felizmente) sino más bien que mientras más y más información fluye por Wikipedia, como país debería sernos más relevante prestar atención a la información que allí hay. Consideren sobre todo que los resultados de Wikipedia suelen recibir muchas referencias y estar entre los primeros resultados de búsquedas en Google: esto tiene implicancias monumentales para la promoción de productos y servicios, del turismo, de la imagen del país a nivel internacional. Claro, no es un lugar en el que esperaría que el Estado se involucre – el gobierno está distraído con otras cosas ahorita, y muy lejos de mostrar interés en este tipo de problemas. Lo que se me ocurre es que deberíamos prestar más atención a la información sobre el país que se encuentra en las diferentes ediciones de Wikipedia, para comprobar que se encuentra actualizada, suficientemente detallada, traducida a varios idiomas e incluso validada en alguna medida para darle algún tipo de sello de confiabilidad, por transitorio que éste sea.

Esto podría armarse como un proyecto o una iniciativa, que tentativamente llamo PerúWiki. Me encantaría ver que se pudiera organizar un grupo de gente interesada que identifique y mapee la enorme cantidad de información que hay sobre Perú en Wikipedia y a partir de allí vaya recorriendo los artículos, revisando que estén completos, ampliando el detalle, revisando la referencias, y demás. Esto es un tema central desde el punto de vista de las industrias culturales: es asumir la responsabilidad, en alguna medida, por la manera como el mundo tiene posibilidad a acceder a información sobre nosotros.

Un primer paso es, por ejemplo, la consistencia: los artículos en Wikipedia en español sobre el Perú son probablemente mejores y más detallados que los que hay en Wikipedia en inglés, y mucho más aún que los que hay en las demás Wikipedias. Un primero esfuerzo podría ser el de traducción, para ampliar así fácilmente la información en varios idiomas.

Lo que necesito es interesados. Yo puedo habilitar aquí en IB un espacio de trabajo donde se intercambien ideas y un grupo de trabajo se organice y distribuya las tareas (quizás por medio de un sub-blog, o un foro, o un wiki, sería cuestión de evaluarlo), pero lo que no tengo es el grupo de trabajo. Se me ocurre que podría ser una iniciativa particularmente interesante para involucrar estudiantes (particularmente de Humanidades y Ciencias Sociales) – incluso si pudiéramos contactar a profesores de historia, no tanto para que den su “opinión experta”, sino para incorporar esta iniciativa como proyecto de algún curso superior de historia del Perú nos podría brindar una serie de recursos sumamente útiles para empezar. Y de paso vamos promoviendo esto como una manera de llamar la atención (1) sobre el legado histórico del Perú, y sobre todo (2) sobre la manera como lo preservamos y actualizamos para la sociedad de la información.

Son iniciativas pequeñas que pueden tener una gran repercusión en el mediano plazo.

Engaño de masas

November 17, 2008 – 8:21 pm

He aquí una dicotomía perturbadora.

Por donde quiera que miren en los últimos días, en la “blogósfera” peruana no deja de aparecer de una u otra manera el tema de la salida de Augusto Alvarez Rodrich como director del diario Perú21. Abunda, por un lado, la información y las interpretaciones respecto a qué motivó que lo “renunciaran”, con diveras hipótesis y análisis que apuntan hacia los petroaudios, hacia denuncia en el norte, y perturbadoramente hacia Collique. Por otro lado, aparecen las múltiples muestras de apoyo, los boicots a Perú21, las campañas de solidaridad.

La parte que no entiendo es la siguiente: yo he seguido todo este tema a lo largo del fin de semana, conforme iban saliendo más y más informaciones, interpretaciones y muestras de apoyo. ¿Cómo es posible que mis papás, que no siguen el mundo de los blogs con la misma adicción, no se enteraran hasta esta mañana, y de casualidad? ¿Cómo es que esto no es un tema que se discuta? ¿Por qué los medios masivos/tradicionales están evitando, salvo algunas excepciones, este tema como si fuera la plaga? Recién hoy día se escucharon algunas reacciones de pasada –del propio AAR en RPP, de Rosa María Palacios en Radio Capital-. Pero más allá de eso, nada. Los periódicos más importantes no dicen nada, en la tele no se habla. No entiendo.

Todo el asunto se pierde, se diluye en la avalancha de comentarios e información sobre la cumbre de líderes del Foro APEC que empieza este jueves.

Es decir, el gobierno se ha conseguido un reflejo especular mediático, una prensa a su imagen y semejanza. Y esto me evoca la idea espantosa del engaño de masas –el “aquí no pasa nada” al que apunta preocupado Heduardo-. ¿Cómo es posible que los blogs reporten algo que ni siquiera figura en los medios masivos? Porque debemos recordar, además, que los blogs no son en el Perú, aún, medios masivos: no existen para la gran mayoría del público (ni siquiera para la gran mayoría del público con acceso al medio). Este problema termina por agotarse en una cámara de resonancia, y los que manejan el aparato masivo de comunicación lo saben. La pregunta perversa es hasta qué punto lo saben: es decir, si este silencio es deliberado, una jugada calculada, hasta concertada, por los principales grupos mediáticos, en probable concertación con el gobierno, para no alborotar el gallinero en medio de la semana en que debemos “dar nuestra mejor cara”, quedar todos como chicos buenos. Es una interpretación que, tristemente, hoy cobra terrible verosimilitud.

O si, peor aún, esto NO es un esfuerzo concertado. Porque si no lo es, si esto NO es el esfuerzo perverso y calculado de los ejes del poder detrás del poder en nuestra sociedad, asistimos a la constatación mucho más grave de que nadie está siendo coaccionado, de que no hay malos, de que así son las cosas. Si todo el aparato mediático está siendo manipulado, entonces podemos aferrarnos a la idea de que podemos romper con ese velo que busca perpetuar el engaño de masas porque le conviene. Pero si no hay estos titiriteros, ¿entonces qué? Eso querría decir que el engaño de masas está tan interiorizado, que nuestra sociedad se ha asimilado tanto a esta concepción horrible del futuro donde sólo la inversión privada salvará al Perú y pensar en democracia y derechos son detalles accesorios, que esta amenaza a la libertad de prensa no sólo no es sorprendente, sino que ni siquiera es considerada problemática. Porque entonces, ¿qué hacemos?

Aprendiendo a jugar en serio

October 31, 2008 – 12:56 am

En mi otro blog, Castor Ex Machina, terminé publicando un post sobre la relevancia del estudio de los videojuegos que muy bien habría podido cuadrar aquí, sobre todo por las preguntas que quedan abiertas al final. Me autocito pedantemente in extenso:

En ese universo, como con muchas otras cosas, habrá que preguntarnos también: ¿Cómo competirá, o mejor, participará el Perú de este nuevo espacio de producción cultural? Latinoamérica en general, incluso, refleja en este respecto carencias muy similares a las que tiene en muchos otros ámbitos productivos, con una desventaja fundamental: mientras todo esto ocurre, en general nosotros seguimos tratando de ponernos al día con la lógica de la industrialización. Los videojuegos en el Perú, como mercado interno, casi no existen, así como tampoco existen circuitos fuertes de producción y comercialización de software. Así como en muchos otros rubros, entonces, tenemos que enfrentar el problemático escenario de que, por un buen tiempo, sigamos siendo consumidores de estos productos culturales, y qué medidas podrías tomar para incrementar nuestro nivel de participación.

Fácil aquí puedo elaborar un poco el seguimiento al asunto. Me ha hecho recordar un viejo post que tuve en un blog anterior sobre videojuegos hechos en el Perú, o más precisamente, sobre modificaciones a videojuegos hechas en el Perú. La hipótesis allí era que, de manera similar como se había originado Counter-Strike, existía un potencial importante de desarrollo en generar diferentes juegos con contenidos locales utilizando engines de juego.

Desde entonces a ahora, quizás el potencial existente es más grande aún – sobre todo con el auge de los increíblemente populares juegos en Internet, como los juegos en Flash. O, por ejemplo, con el potencial cada vez más grande que están cobrando los juegos diseñados para plataformas móviles como teléfonos celulares. Estos son juegos, además, que también están cobrando significados particulares para temas “serios”: por ejemplo, el año pasado la iniciativa Changemakers de Ashoka lanzó una competencia de innovaciones sociales en el uso de videojuegos para promover la mejora en los servicios de salud. Una de las iniciativas ganadoras utilizaba un juego de video diseñado para teléfonos celulares, para sensibilizar a los jóvenes en la India de los riesgos y precauciones a tener con el VIH/SIDA. (En aras de la transparencia debo mencionar que yo trabajo en Ashoka, aunque no directamente con Changemakers.)

A medida que las plataformas se diversifican, se difunden y se vuelven más accesibles, también se vuelve más accesible la posibilidad de desarrollas contenidos para ellas, incluyendo juegos. Pero, al mismo tiempo, a medida que la industria de videojuegos se profesionaliza y surgen grandes corporaciones del sector como Electronic Arts, por ejemplo, los costos de producción de videojuegos que realmente logren impactar el mercado a gran escala ascienden exponencialmente. Hoy ya no es extraño que la producción de un juego nuevo cueste millones de dólares, entre el desarrollo, la distribución y la promoción. ¿Es posible que pequeños juegos en plataformas múltiples – lo que estoy asumiendo se encuentra, de entrada, al alcance de nuestros productores locales – compitan con estos grande monolitos? ¿Es posible articular circuitos de distribución y promoción alternativos para compensar en alguna medida este desequilibrio?

Otra barrera que los desarrolladores locales de videojuegos tendrían que superar es la sostenibilidad comercial – sobre todo en un mercado como el nuestro dominado por la piratería. He tratado de señalar antes como la piratería es una dimensión sumamente compleja, sobre todo más compleja de lo que los comerciales en los cines nos quieren hacer creer. Bajo esa óptica, creo que pretender crear un mercado que consiga luchar contra o incluso derrotar la piratería es algo un poco iluso. Hay que entenderla, más bien, como uno de estos circuitos alternativos de los cuales puede obtenerse un mutuo beneficio. Pero eso plantea, entonces, la problemática de idear nuevas alternativas sobre cómo podría un desarrollador local realmente generar ingresos sostenibles a partir de una iniciativa de este tipo – los incentivos que nos hacen ir más allá de la sola buena voluntad, y abren la posibilidad de que se genera una industria cultural sostenible en el largo plazo.

Algo a primera impresión tan lejano como un circuito y un mercado local/nacional de videojuegos es el tipo de retos que deberíamos también estar tomando en consideración si queremos apuntar al desarrollo del país y de la región en un plazo más grande, como quien no se queda atrás en términos de producción y adaptación cultural – no se trata sólo de imitar, cono en los demás casos, sino, más bien, de apropiar. Por lo pronto, tenemos un bonito conjunto de problemas y posibilidades.