Música – Invasiones Bárbaras http://www.invasionesbarbaras.com Industrias culturales para el tercer mundo. Thu, 11 Mar 2010 20:29:18 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.4.11 Laghonia, APDAYC y las guerras culturales http://www.invasionesbarbaras.com/2009/08/07/laghonia-apdayc-y-las-guerras-culturales/ http://www.invasionesbarbaras.com/2009/08/07/laghonia-apdayc-y-las-guerras-culturales/#comments Fri, 07 Aug 2009 05:33:21 +0000 http://www.invasionesbarbaras.com/?p=143 En una de las selecciones de la Crónica del rock peruano que estoy compartiendo (aún me falta una), incluí la referencia y el enlace al disco de una banda peruana de rock de los años sesenta, Laghonia. De esta banda, hasta hacer ese post, yo sólo conocía la canción cuyo video incluí, pero esa vez encontré el enlace para descargarme completo su disco Et Cetera, así que lo bajé para conocer un poco más. El grupo me pareció, sencillamente, espectacular, y no tenía mayor idea de su existencia. Buscando un poco por la web encontré esta breve reseña de su existencia, que tiene detalles singulares muy interesantes:

LAGHONIA era el único grupo que usaba el Hammond -B2 en el Perú y Sudamérica tanto en grabaciones como en vivo. El espectáculo musical que producían era impresionante. Miembros de otras bandas como Telegraph Avenue, Traffic Sound o El Polen, iban a escucharlos frecuentemente atraídos por rarísimas canciones como Mary Ann o Speed Fever con experimentos polirrítmicos a lo Dave Brubeck. El grupo siguió componiendo y actuando, yendo de aquí allá en un Olds’ del 55’ manejado a toda velocidad por Saúl, un tipo casi siempre serio pero que gustaba de hacer bromas en los momentos precisos. En un camión de mudanza iba el pesado equipo. Allí Carlos Salom solía viajar encima del Hammond y el Leslie para proteger los 300Kg. que pesaban estos instrumentos, de cualquier rasguño durante el viaje.

El Hammond B2 es definitivamente lo que le da un sonido singular al grupo que lo diferencia de otros sonidos de la época por estas latitudes, y el juego polirrítmico medio psicodélico hace de Laghonia también un experimento musical sumamente vanguardista para su época y lugar. Es impresionante escuchar la calidad del Et Cetera y al mismo tiempo darse cuenta de que se trata de un grupo peruano – en eso se refleja la calidad creativa y técnica de los grupos de la época que empezaban a jugar con el rock para hacer cosas realmente interesantes. Luego, como bien se sabe, la dictadura de Velasco declararía el rock como alienante e imperialista y relegaría lentamente a la escena peruana de rock al olvido y desaparición, hasta que a principios de los ochentas volverían a aparecer canales a través de los cuales se regenere, lentamente, una escena local de rock.

Después de muchos años, y con muchas etapas de por medio, creo que uno podría decir que de nuevo estamos viviendo una de las etapas más interesantes del rock nacional, por una serie de factores. Un detalle no trivial es que las condiciones económicas permiten la aparición de un mayor mercado; tampoco es poca cosa que muchos grupos están reconociendo la particularidad del mercado local y tratando de jugarlo a su favor, no luchando contra la piratería y apoyándose más bien en otros canales (como presentaciones en vivo) para ganarse una audiencia que los siga regularmente.

Pero, ¿qué pasa con todo el legado de las épocas pasadas del rock peruano? A nivel global, siguen sonando grupos como los Rolling Stones, Led Zeppelin, Pink Floyd, The Beatles, y demás piedras fundantes de lo que fue la cultura rock que luego se difundió globalmente, y que llegó hasta aquí. Y muchas escenas locales tienen también un legado histórico al cual recurrir en busca de referentes, de experimentos, de sonidos y texturas locales. Sin embargo, nosotros estamos limitados por cuestiones estructurales básicas: no hay cómo escuchar esta música. Lo que se llegó a grabar en la época se imprimió en discos de vinilo de circulación limitada, que aunque pudieran conseguirse hoy día serían difíciles de reproducir. Pocos de los discos de los sesentas, setentas, ochentas y noventas se han reeditado en ediciones en disco compacto. Mucha de esa música tampoco se puede encontrar en Internet (lo que he corroborado intentando recopilar las selecciones de Crónica). Es decir que, por mucho que uno quiera, si quisiera realmente sumergirse en el rock peruano tendría una serie de limitaciones que harían ese tránsito sumamente difícil.

Claro, hoy día podemos subir canciones a YouTube, a diferentes servicios en línea, o compartir discos vía BitTorrent. Basta con que una persona se dedique a grabar los discos de vinilo en un formato digital para que ese archivo pueda circularse y distribuirse fácilmente, y se reduzca enormemente el riesgo de que ese contenido se pierda. En muchos casos, es uno de los pocos canales a través de los cuales se puede acceder a este contenido, que, en gran parte, es la prefiguración de la escena musical del rock peruano que tenemos hoy día y que muy poca gente ha tenido oportunidad de conocer.

Allí es donde la cosa se complica. Porque ese intercambio es, un poquito, ilegal. Aún cuando no tenga fines comerciales, aún cuando, realmente, no perjudique a los autores originales (incluso, en gran medida, los beneficie), aún cuando signifique una labor de preservación cultural que de otra manera no podría suceder, es ilegal. Cae dentro de este rubro que ha venido ha ser denominado “piratería”, y que en el mundo de los contenidos digitales se ha convertido en un estandarte de defensa del status quo que no consigue, del todo, emparejarse con la realidad. Porque la cultura digital está promoviendo relaciones e intercambios entre las personas que no pueden ser plenamente contemplados por el ordenamiento legal pre-existente. En medio de todo esto aparece la figura de APDAYC, la Asociación Peruana de Artistas y Compositores de la que mucho se ha hablado en los últimos días. No quiero volver a articular todo lo que se ha dicho, sobre todo porque creo que Roberto Bustamante lo resume todo muy bien en esta entrevista:

Todo lo cual me lleva, realmente, al punto central. Las guerras culturales han empezado también en el Perú, el enfrentamiento en el cual la manera como nos estamos acostumbrando a construir la cultura, sobre todo a partir de la aparición de los medios digitales, choca con un aparato político y legal que fue diseñado antes de que estas prácticas existieran. Así como, además, el aparato económico acostumbrado y construido sobre un cierto modelo de negocios empieza a aferrarse de todos los medios posibles para preservar su propia existencia. En este caso, se trata de cosas como el “tarifario web” de la APDAYC, que realmente no tiene mucho sentido, y que quiere decir, también, que (asumiendo que Laghonia sea uno de sus miembros) yo no puedo compartir libremente música de Laghonia, a pesar de que lo hago por lo buena que me parece su música y porque quiero que más personas la escuchen, porque estoy infringiendo sobre el terruño de APDAYC. Más allá, por supuesto, de que de otro modo esta música, probablemente, nunca será escuchada, preservada, ni difundida.

La pregunta que se empieza a dibujar de fondo es la pregunta de la que Lawrence Lessig ha venido hablando durante mucho tiempo: ¿Quién es el dueño de la cultura? Y sobre por qué los grandes distribuidores de contenidos han conseguido los medios para monopolizar la producción y la distribución de todos aquellos referentes culturales a los cuales nosotros, como consumidores, terminamos dándoles significado. Antes era una cuestión simple: los medios existentes delimitaban claramente la separación entre productores y consumidores. Pero ahora que los medios disponibles nos permiten cuestionar y extender los roles que asumimos frente a la cultura, esta delimitación no sólo no es tan simple, sino que en gran medida pierde mucho de su significado.

Para un grupo como Laghonia, y otros grupos que constituyen los pilares de la historia del rock nacional, los antecedentes y referentes obligados, así como también para los nuevos grupos que aparecen hoy día, la relación con la piratería es mucho más compleja de lo que APDAYC quisiera que pensáramos. No se trata de una vulgar copia, sino de una compleja red de mercado y distribución que hace posible que los contenidos lleguen a mercados más amplios. Para muchas personas, yo mismo incluido, la piratería es uno de los pocos canales disponibles para acceder a muchos referentes culturales que, por cuestiones de disponibilidad o economía, simplemente serían inexistentes de otra manera. Decir que no haya piratería equivale a decir que gran parte del mercado quede excluido de la participación en el intercambio y la construcción cultural.

Y claro, hay dos respuestas inmediatas a esto. La primera es que por esto, la piratería no es automáticamente buena, y eso es cierto. Pero eso hace que tampoco sea automáticamente mala, sino mucho más compleja de lo que los distribuidores de contenidos quieren que pensemos. Lo segundo es que la piratería no se da mayormente de productos culturales “de calidad”, dirían algunos, sino de DVDs de Mi abuela es un peligro 7 y del último disco de Britney Spears. Esto va más o menos en la línea de lo dicho por Mario Vargas Llosa en un discurso sobre la cultura hace unos días: la reformulación del argumento de que hay una cultura ilustrada contrapuesta a una cultura popular, que es inferior y menos importante. Desde este punto de vista, la piratería es sólo un mecanismo de difusión de la cultura popular y, como tal, no permite ningún tipo de participación significativa de la construcción cultural.

Esta segunda respuesta me parece más problemática, porque la distinción entre lo ilustrado y lo popular es un poco arbitraria y bastante conveniente, sobre todo viniendo de alguien como Vargas Llosa. Y, sobre todo, niega una realidad palpable que es el hecho de que la cultura popular ejerce una enorme influencia en nuestras vidas y termina estando mucho menos desligada de la “cultura ilustrada” de lo que muchos quisieran pensar. Más aún: cree que esta separación aún puede mantenerse hoy día, que es equivalente a algo así como el presidente de Sony Pictures diciendo que Internet no trae nada bueno y debería restringirse.

Bueno, eso. No puedo subir la discografía completa de Laghonia, técnicamente, o en todo caso, no debería. Pero quiero hacerlo, no por un beneficio propio, sino porque me parece que el Et Cetera, y otras obras similares, merecen llegar más lejos, ser más conocidas, y sí, en última instancia también beneficiar a sus creadores. ¿Pero cómo puede Laghonia vender discos si nadie conoce de su existencia? ¿Cómo puede traer audiencias a conciertos en vivo si quienes lo conocen no pueden compartir la novedad de su descubrimiento? Y más aún, ¿cómo podemos esperar construir una escena musical de importancia, creativa, de gran alcance, si no podemos regresar sobre los antecedentes para que contribuyan a las nuevas producciones y generaciones?

De manera que, muy adecuadamente, así como en el comic Civil War que viene publicando Perú 21 los sábados, han empezado las guerras culturales, y empezaron hace tiempo, sólo que el enfrentamiento ha escalado. Se me ocurrió terminar este post preguntando, así tendenciosamente, “¿de qué lado estás?” Pero ahora me doy cuenta que en realidad no se trata tanto de lados, pues las posiciones son mucho más complejas que lo uno o lo otro.

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Crónica del rock peruano, vol. 3: Rock Alternativo http://www.invasionesbarbaras.com/2009/08/01/cronica-del-rock-peruano-vol-3-rock-alternativo/ http://www.invasionesbarbaras.com/2009/08/01/cronica-del-rock-peruano-vol-3-rock-alternativo/#comments Sat, 01 Aug 2009 23:22:32 +0000 http://www.invasionesbarbaras.com/?p=138 Ahora, el tercer volumen de la Crónica del rock peruano. Antes he incluido las selecciones del primer y el segundo volumen. El tercero es el de Rock Alternativo, la selección un poco más “fuerte”. Espero encontrar todas las referencias.

El debate en torno a APDAYC en los últimos días hace tanto más obvio que lo que estoy haciendo aquí es, potencialmente, ilegal. Lo cual es motivo de su propia reflexión para elaborar luego.

Crónica del rock peruano, vol. 3. Rock Alternativo. Empresa Editora El Comercio, 2001. Selección discográfica y textos: Pedro Cornejo. Asesoría: Gerardo Manuel y Raúl Cachay.

1. Los Saicos. Demolición. (1965)

2. Laghonia. I’m A Nigger. (1970)

No lo encontré en YouTube, pero encontré una buena reseña del disco Etcétera donde sale esta canción, que incluye además el vínculo para descargarlo.

(Actualizado: lo encontré :). Pero igual bájense el disco, es increíble.)

3. Pax. Deep Death. (1972)

No lo encontré :(.

4. Tarkus. El Pirata. (1972)

5. Narcosis. Represión. (1985)

6. Leusemia. Oirán tu voz, oirán nuestra voz. (2000)

7. M.A.S.A.C.R.E. Sin. (2001)

8. Voz Propia. El sueño. (1997)

9. G-3. Antisocial. (1997)

10. Radio Criminal. Flor de la calle. (2000)

11. El Aire. ¿Para subir al cielo? (1996)

12. Metadona. Perder el tiempo. (1997)

13. Avispón Verde. Bela Lugosi. (1997)

No lo encontré :(.

14. Aeropajitas. Aeropajitas. (2000)

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Crónica del rock peruano, vol. 2: Pop Rock http://www.invasionesbarbaras.com/2009/07/27/cronica-del-rock-peruano-vol-2-pop-rock/ http://www.invasionesbarbaras.com/2009/07/27/cronica-del-rock-peruano-vol-2-pop-rock/#comments Tue, 28 Jul 2009 01:14:55 +0000 http://www.invasionesbarbaras.com/?p=132 Siguiendo con las selecciones de la antología Crónica del rock peruano, como quien intenta documentar un poco la historia del rock en el Perú, ésta es la selección del segundo volumen, bajo el título “Pop Rock”. Obviamente la selección es mucho más pop que los demás volúmenes – algunas canciones son un poco exasperantes incluso – pero aún así hay muchos hitos de tiempos pasados.

Crónica del rock peruano, vol. 2. Pop Rock. Empresa Editora El Comercio, 2001. Selección discográfica y textos: Pedro Cornejo. Asesoría: Gerardo Manuel y Raúl Cachay.

1. Los Belking’s. Tema para jóvenes enamorados. (1967)

2. Los Dolton’s. El último beso. (1967)

3. Los Silverton’s. La vuelta. (1968)

4. We All Together. Hey Revolution. (1972)

5. Río. La universidad. (1986)

6. Danaí & Pateando Latas. Ídolos. (1987)

7. Arena Hash. Cuando la cama me da vueltas. (1987)

8. La Banda Azul. Pronóstico reservado. (1987)

9. Dudó. Extraños. (1990)

10. Nosequién y los Nosecuántos. Las torres. (1992)

11. Ivonne y Los Mercantiles. Sin parar. (1993)

12. Los Zopilotes. Dame mi pelota. (1996)

13. Patricio Suárez-Vértiz. Disco bar. (1996)

14. Christian Meier. Espérame en el tren. (1999)

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Crónica del rock peruano, vol. 1: Modern Rock http://www.invasionesbarbaras.com/2009/07/26/cronica-del-rock-peruano-vol-1-modern-rock/ http://www.invasionesbarbaras.com/2009/07/26/cronica-del-rock-peruano-vol-1-modern-rock/#comments Sun, 26 Jul 2009 22:35:37 +0000 http://www.invasionesbarbaras.com/?p=126 En el post anterior recordé la Crónica del rock peruano como uno de los documentos a partir de los que había aprendido todo lo que sé de rock nacional (el otro siendo el libro Alta tensión de Pedro Cornejo). Se trata de una serie de 4 discos que incluían antologías temáticas de diversas etapas del rock peruano, con una selección de bandas y canciones. Como una especie de preservación de archivo, quiero compartir aquí la selección del primer volumen e intentar ubicar las canciones para poder difundir más la historia del rock peruano.

Crónica del rock peruano, vol. 1. Modern Rock. Empresa Editora El Comercio, 2001. Selección discográfica y textos: Pedro Cornejo. Asesoría: Gerardo Manuel y Raúl Cachay.

1. Los York’s. Abrázame. (1968)

2. Los Shain’s. Un mundo nuevo. (1968)

los-shains-un-mundo-nuevo

3. The (St. Thomas) Pepper Smelter. Un nuevo verano. (1969)

the-st-thomas-pepper-smelter-un-nuevo-verano

4. Traffic Sound. Meshkalina. (1969)

5. Frágil. Av. Larco. (1981)

6. Miki González. Dímelo, dímelo. (1986)

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7. JAS. Personalidad. (1987)

8. Mar de Copas. Mujer noche. (1993)

9. La Liga del Sueño. La peor de las guerras. (1996)

10. Dolores Delirio. A cualquier lugar. (1995)

11. Rafo Ráez. Cuánto de mí es sólo tu voz encarnada en mí. (1996)

12. Cementerio Club. Barco viejo. (1998)

13. Electro Z. Grítame. (1999)

14. Índigo. Soledad. (2000)

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Documentos del rock peruano http://www.invasionesbarbaras.com/2009/07/25/documentos-del-rock-peruano/ http://www.invasionesbarbaras.com/2009/07/25/documentos-del-rock-peruano/#comments Sat, 25 Jul 2009 21:11:37 +0000 http://www.invasionesbarbaras.com/?p=124 Son pocas las fuentes que he podido encontrar que documenten sistemáticamente la historia del rock peruano, que es una historia llena de idas y venidas y con muchos acontecimientos interesantes – sobre todo porque en este tránsito se forjó la identidad de más de una generación. Es más difícil aún porque no existe tampoco un acceso simple a grabaciones y producciones discográficas de las diferentes épocas ni su difusión es muy amplia. Es decir, por mucho que quisiéramos afanarnos con el rock peruano, sería complicado conseguir las canciones y los discos para afanarnos, incluso dentro del circuito pirata o descargando la música de Internet.

Todo lo que sé del rock peruano lo he aprendido de dos documentos importantes. El primero es el libro de Pedro Cornejo (filósofo, crítico de rock y antes conductor televisivo de Distorsión en Canal 7), Alta tensión: los cortocircuitos del rock peruano (emedece ediciones, Lima, 2002). Es un libro sumamente completo que documenta el proceso y la evolución del rock peruano desde sus raíces hasta algo muy cercano a la actualidad, completo con una serie de referencias muy detalladas a grabaciones y discografía que complementan muy bien el texto. No sólo eso, sino que la segunda parte del libro está compuesta por entrevistas a varios de los personajes más importantes de las diversas etapas del rock peruano. En el Prefacio, Cornejo explica lo siguiente:

Durante mucho tiempo se discutió en nuestro medio en torno a la legitimidad de considerar al rock hecho aquí como una expresión de la música popular urbana nacional. La discusión – que cobró inusitado vigor a mediados de los ochentas con la emergencia de una oleada de grupos de rock que, después de muchísimos años, gozaban de popularidad cantando, además, en nuestro idioma – era indudablemente heredera de otra no menos especiosa: la de si el rock era extranjerizante. Una discusión cuyo origen se remonta a los tiempo de la dictadura militar del general Velasco, época en la cual el rock fue efectivamente considerado por el establishment como un arma de penetración del imperialismo yanqui siendo combatido en consecuencia.

A partir de los años noventas – en paralelo con la crisis de las ideologías nacionalistas de izquierda y el ascenso del neoliberalismo – ambos debates se diluyeron, entre otras cosas, porque quedó demostrado que, independientemente de su origen anglosajón y de su carácter transnacional, el rock es recepcionado de manera diferenciada y desigual por los jóvenes de las sociedades periféricas y tercermundistas y recreado a la luz de sus propias experiencias individuales y colectivas. Y es que, a estar alturas, es imposible negar que el rock se ha convertido en un referente importantísimo para los jóvenes de nuestro medio: como fuente de entretenimiento, como factor de identidad individual o colectiva y como forma de expresión.

Creo que el recuento histórico que hace Cornejo es prácticamente imprescindible para todo aquel que esté interesado en entender el desarrollo de la música rock en el Perú, y entender sobre todo muchas de sus características actuales también.

El otro documento del cual he aprendido todo lo que sé es una serie de discos lanzados en el 2001 – creo que por El Comercio – bajo el título Crónica del rock peruano, en 4 volúmenes: Modern Rock, Pop Rock, Rock Alternativo y Rock Fusión. Lo genial de Crónica es que es una antología sumamente amplia de bandas clásicas con sus tracks más importantes, pero lo otro muy interesante es que cada uno de los discos venía acompañado de un pequeño librito que daba una perspectiva histórica de lo que contenía la antología, e incluía, además, las letras de los temas seleccionados. Los textos y la selección son, de nuevo, de Pedro Cornejo, con la asesoría de Gerardo Manuel y Raúl Cachay. Imagino que ya no deben ser fáciles de conseguir (de hecho, no los he vuelto a ver en ningún otro lado), pero son también un muy buen documento panorámico e introductorio para explorar las diferentes etapas y dimensiones que el rock ha tenido en el Perú y pasar por los diferentes debates y discusiones que ha generado. La introducción del primer volumen señala:

40 años de rock nacional. Pese a ser hoy un importante vehículo expresivo de las actitudes, sentimientos y reivindicaciones de los jóvenes – no sólo como entretenimiento sino como factor de identidad grupal, generacional o individual, como fuente de valores o como expresión de su mundo interior – el rock peruano tiene una historia poco menos que desconocida para la gran mayoría de personas – gente cuya edad oscila entre los 18 y los 35 años – que constituyen actualmente su público habitual. Gente que ignora que el rock peruano no se inició en los ochenta sino a principios de los sesenta y que durante esa década y principios de la siguiente llegó a convertirse en uno de los movimientos musicales más importantes de América Latina.

Sin embargo, hoy lo mismo no puede decirse del movimiento musical peruano, que ha perdido mucho terreno frente a lo que alguna vez pudo ser. Grupos de hace décadas con un valor impresionante se han perdido y prácticamente no suenan en la actualidad, como sí puede suceder con el legado rockero y musical en general de otros países, lo cual nos obliga a preguntarnos por qué nos hemos olvidado de todo esto y no hacemos un mayor esfuerzo por rescatarlo.

Espero, en los próximos días, poder compartir un poco de las selecciones de Crónica del rock peruano para que puedan servir de material introductorio a la historia del rock peruano.

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El lado oscuro de la luna http://www.invasionesbarbaras.com/2009/07/24/el-lado-oscuro-de-la-luna/ http://www.invasionesbarbaras.com/2009/07/24/el-lado-oscuro-de-la-luna/#comments Fri, 24 Jul 2009 05:38:36 +0000 http://www.invasionesbarbaras.com/?p=120 Un excurso, para hablar de música un rato.

En 1973, Pink Floyd lanza el Dark Side Of The Moon. Es, sin lugar a dudas, mi disco favorito de todos los tiempos, con una construcción orgánica que lo lleva de principio a fin, y que, además, conecta los extremos en un círculo que podría prolongarse infinitamente, una especie de cinta de Möbius que podemos recorrer. Durante casi 43 minutos realizamos un paseo musical que es, realmente, una exploración psicológica, un desafío existencial para obligarnos a preguntarnos qué rayos estamos haciendo en este planeta. No como especie o como sociedad, sino como individuos, cada uno de nosotros, preguntarnos qué es lo que queremos hacer con nuestras vidas. Así de intensa es la cuestión, si nos dedicamos a buscarle suficiente significado a la experiencia.

Personalmente, es un disco que no puedo escuchar muy seguido. Trato de mantener esa experiencia especial – escucharlo siempre completo, de principio a fin, en orden, manteniendo la estructura del original, y solamente cuando me siento preparado para hacerlo. Es algo así como intentar mantener el “aura” de la experiencia, como diría Walter Benjamin, e intentar volver sobre ella de cuando en cuando.

El DSOTM es algo así como un paseo a los bordes de la locura. “They have to explain to you why you’re mad, even if you’re not mad”. Es un paseo por el hecho de que vivimos en sociedades donde el sentido se pierde muy fácilmente, hacemos cosas para rápidamente olvidarnos de por qué las hacemos o sin preguntarnos si son realmente las cosas que queremos hacer. Mientras tanto, no tenemos la posibilidad de detenernos un momento para pensar en aquellas cosas que realmente, nos perturban un poco – nuestra relación con el tiempo, la confrontación con la muerte, y demás experiencias que requieren de nosotros un esfuerzo psicológico mucho mayor. De alguna manera hemos construido un mundo que nos esconda, que nos proteja de tener que pensar en estas cosas para las cuales no tenemos realmente por qué tener respuesta, pero el precio que pagamos es que nos vamos volviendo un poco locos, cada vez más, en el sentido perverso de que nos alienamos de la vida misma, de los demás que nos rodean en el camino.

Y ni siquiera nos detenemos a pensar si, realmente, es así como queremos vivir.

El DSOTM, dentro de su ambigüedad y circularidad, nos dice algo así como que no hay que temer volverse un poco loco. Volverse un poco loco está bien, es saludable, es necesario, si uno quiere o pretende ser consecuente con uno mismo. Es casi una consecuencia inevitable, volverse loco, si uno no quiere volverse loco. Y es que, cuando pasamos a entendernos dentro del flujo de la historia y de las cosas que pasan, nos vemos obligados a considerar seriamente lo que estamos haciendo. Eclipse, la última canción del disco, dice así:

All that you touch
All that you see
All that you taste
All you feel.
All that you love
All that you hate
All you distrust
All you save.
All that you give
All that you deal
All that you buy,
Beg, borrow or steal.
All you create
All you destroy
All that you do
All that you say.
All that you eat
And everyone you meet
All that you slight
And everyone you fight.
All that is now
All that is gone
All thats to come
And everything under the sun is in tune
But the sun is eclipsed by the moon.

La imagen me parece perturbadora pero finísima. Es como decir que sí pues, en el gran esquema de las cosas todo cuadra, todo puede tener su lugar y una cierta harmonía. Pero no tenemos, realmente, acceso al gran esquema de las cosas, porque nuestra vista está siempre oscurecida, parcializada, como seres finitos. Estamos aquí, ahora, en este mundo, y las decisiones que tomamos en este mundo son las que importan, por las que nos jugamos hasta volvernos un poco locos y con un poco de suerte encontrarnos con otros en el camino.

En un capítulo de Rayuela, Horacio Oliveira lo describiría de la siguiente manera:

“En el fondo podríamos ser como en la superficie” pensó Oliveira, “pero habría que vivir de otra manera. ¿Y qué quiere decir vivir de otra manera? Quizá vivir absurdamente para acabar con el absurdo, tirarse en sí mismo con una tal violencia que el salto acabara en los brazos de otro. Sí, quizá el amor, pero la otherness no dura lo que dura una mujer, y además solamente en lo que toca a esa mujer. En el fondo no hay otherness, apenas la agradable togetherness. Cierto que ya es algo”… Amor, ceremonia ontologizante, dadora de ser. Y por eso se le ocurría ahora lo que a lo mejor debería habérsele ocurrido al principio: sin poseerse no había posesión de la otredad, ¿y quién se poseía de veras? ¿Quién estaba de vuelta en sí mismo, de la soledad absoluta que representa no contar siquiera con la compañía propia, tener que meterse en el cine o en el prostíbulo o en la casa de los amigos o en una profesión absorbente o en el matrimonio para estar por lo menos solo-entre-los-demás? Así, paradójicamente, el colmo de soledad conducía al colmo de gregarismo, a la gran ilusión de la compañía ajena, al hombre solo en la sala de los espejos y los ecos. Pero gentes como él y tantos otros, que se aceptaban a sí mismos (o que se rechazaban pero conociéndose de cerca) entraban en la peor paradoja, la de estar quizá al borde de la otredad y no poder franquearlo. La verdadera otredad hecha de delicados contactos, de maravillosos ajustes con el mundo, no podía cumplirse desde un solo término, a la mano tendida debía responder otra mano desde el afuera, desde lo otro.

Obviamente no escojo el pasaje aleatoriamente, sino que, en el fondo, es un poco más o menos lo mismo. “Vivir absurdamente para acabar con el absurdo”, es la misma confrontación que tenemos cotidianamente con las decisiones que tomamos que van determinando el curso de los acontecimientos y de la vida que llevamos. A veces, cuando empezamos a desprendernos de lo cotidiano, cuando empezamos a buscar el lado oscuro de la luna perdemos un poco el norte porque nos damos cuenta de que, en el fondo, nada tiene mucho sentido y nunca nos molestamos mucho por darle sentido a nada. Una pena, decimos, y seguimos haciendo aquello que hacemos. Quizás. Pero no, en realidad not so much, en realidad en ese absurdo de lo cotidiano está siempre la posibilidad de romper, y no es que haya que romper con todo, pero hay que parar por un momento porque ya no paramos nunca por un momento y preguntarse por qué estoy haciendo lo que hago.

Por qué no estoy haciendo otra cosa.

Y a veces, o lo que hago o la otra cosa, se da como absurdo, como el absurdo que rompe con el absurdo. No tienen ningún sentido que piense eso, que haga eso, que quiera eso, pero si lo pensara, lo hiciera, lo quisiera, quizás todo tendría sentido. Y, quizás no, realmente es una apuesta que no se puede determinar de antemano.

El lado oscuro de la luna es ese espacio de refugio del absurdo. No donde nos refugiamos del absurdo, sino donde nos refugiamos en el absurdo. Dos pequeños pasajes de Brain Damage:

And if the dam breaks open many years too soon
And if there is no room upon the hill
And if your head explodes with dark forbodings too
I’ll see you on the dark side of the moon

And if the cloud bursts, thunder in your ear
You shout and no one seems to hear
And if the band youre in starts playing different tunes
I’ll see you on the dark side of the moon

Pero a veces, lo absurdo es lo único que tiene algún sentido.

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Un poco de música http://www.invasionesbarbaras.com/2009/03/24/un-poco-de-musica/ Tue, 24 Mar 2009 05:27:57 +0000 http://www.invasionesbarbaras.com/?p=91 Siguiendo con uno de los temas recientemente descubiertos en este rincón, algunas notas musicales (¡ja!) como para empezar la semana.

Presentación del disco de Radio Huayco. Lo primero es que este jueves 26 a las 8pm, Radio Huayco presenta su primer disco, “La banda sonora de Lima”, en el Centro Cultural de España. Lo que me parece más interesante del asunto es que el disco viene con todo un concepto detrás sobre identidad y urbanidad, y junto con la presentación del disco y el concierto de ley habrá un pequeño conversatorio sobre el tema con autores que han colaborado en formular los textos que acompañan el disco (Sandro Venturo, Pablo Vega Centeno, Santiago Alfaro, Lucero del Castillo y Efraín Rozas).

Me gusta mucho el sonido de la banda y que manejen un concepto más amplio dentro del cual se inserta su música, así como la manera como se promocionan vía la web y MySpace. Y claro, también me gusta mucho su música, que pueden degustar en su página de MySpace.

Chakruna y Chapillacs en el CCE. Viendo la misma agenda del Centro Cultural de España me entero que la noche anterior, el miércoles 25, a las 7:30pm, se presentarán ahí mismo dos grupos: Chakruna – grupo iquiteño que fusiona el rock con los ritmos amazónicos – y Chapillacs – banda arequipeña de cumbia pop psicodélica-. Indagué un poco y el asunto parece interesante. Aquí les dejo algo de los Fabulosos Chapillacs, “El milagro verde”:

Grandes de la cumbia peruana. Finalmente, para cerrar con un poco más de cumbia, encontré en Facebook la recomendación del blog Grandes de la cumbia peruana. Dentro de lo poco que he tenido tiempo de ver, la cuestión es algo así como un proyecto cuasiarchivístico para promover la cumbia de la costa en particular. Blog dixit:

Este es un proyecto dedicado a presentar y difundir el trabajo de los pioneros de la cumbia peruana. En esta seccion del blog, el termino cumbia peruana se usa exclusivamente para referirse a la cumbia costeña, principalmente limeña. Cabe mencionar que tambien existe la denominada cumbia amazonica y la cumbia andina (chicha).

Tengo un fetiche particular por este tipo de proyectos archivísticos, así que vale más de una mención y espero poder retornar seguido. Hasta ahora me parece genial descubrir a Los Blue Kings de Ñaña – hace poco tuve también la oportunidad de descubrir de Los Quantos de Ica, otra muy buena recomendación.

Pronto, espero, más novedades musicales.

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El rastro de la música http://www.invasionesbarbaras.com/2009/03/06/el-rastro-de-la-musica/ http://www.invasionesbarbaras.com/2009/03/06/el-rastro-de-la-musica/#comments Fri, 06 Mar 2009 22:02:14 +0000 http://www.invasionesbarbaras.com/?p=84 Siguiendo con el último tema de la música en el Perú, esta noche tienen para disfrutar conciertos en Lima y alrededores de:

  • Turbopótamos
  • Difonía + Diazepunk + Contracorriente y más
  • Backdoormen (tributo a The Doors)
  • Tributo a The Beatles
  • Bareto
  • La ira de Dios, Ultramotor, Radio Garage y más
  • Groundation

Y mañana:

  • Tributo a Alice in Chains
  • Mar de Copas
  • Hernan Cattaneo
  • Elvis Crespo + Fonseca

¿Interesados? Resulta que descubrí vía Twitter la agenda de conciertos de conciertosperu.com.pe, y está buenísima. Me pareció relevante a lo que comentaba sobre que uno de los primeros pasos es recopilar información sobre lo que está pasando. Y, felizmente, también tienen RSS.

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Hacer música en el Perú http://www.invasionesbarbaras.com/2009/03/04/hacer-musica-en-el-peru/ http://www.invasionesbarbaras.com/2009/03/04/hacer-musica-en-el-peru/#comments Wed, 04 Mar 2009 06:42:40 +0000 http://www.invasionesbarbaras.com/?p=80 Hoy me pregunto lo siguiente: ¿Qué significa hacer música en el Perú? Lo siguiente son idea sueltas y algunas preguntas.

Primero que nada, hacer música en el Perú es algo que está marcado por el tema de la piratería. Realísticamente hablando, un grupo de música no puede pretender vivir en el Perú de la venta de discos. Algo que, además, se vuelve cada vez más cierto en todo el mundo. Pero se venden discos, se venden muchos, y circula muchísima música – sólo que no lo hace a través de los canales formalmente establecidos para ello.

Luego está el problema de la promoción. Lo normal es aprovecharse de las radios y la televisión, pero son circuitos demasiado cerrados a los cuales acceder es muy complicado. No hay, en realidad, una amplia promoción de la producción local, más que dentro de ciertos géneros y siempre bajo el auspicio de unas cuantas empresas disqueras. La gran promesa se vuelve aquí también la web, con grupos peruanos cada vez más estableciendo presencia en redes sociales como MySpace o Facebook, y a través de estos espacios difundiendo tanto su música como información sobre sus próximas presentaciones. Hace poco descubrí al grupo Radio Huayco por medio de su página en MySpace, y entre mis amigos de Facebook tengo a Colectivo Circo Band. Incluso Last.fm sirve también como un vehículo para promocionar tanto bandas locales como eventos y conciertos en el calendario del sitio.

El problema es un poco, creo, de agregación. Cómo se agrega toda esta información, si es que se agrega de esta manera. Obviamente la solución ya no es tan simple ni tan 1996 como hacer un “directorio” de dónde está qué cosa – esto sería rápidamente desfasado y desactualizado. La pregunta va más por el lado de, ¿está todo esto ayudando a articular una comunidad en torno a la producción de música en el Perú, al menos en Lima? ¿Se está integrando esto de alguna manera con los circuitos informales de venta y distribución de discos? Además de eso, ¿cómo están funcionando las experiencias de promoción y distribución de música y eventos vía web? Yo me entero de muchas más cosas ahora. ¿Cómo están manejando las bandas y los músicos este tipo de actividades? ¿La manejan ellos mismos? ¿Hay espacio para individuos/grupos especializados para que manejen este tipo de interacciones?

Se me ocurre que hay muchísimo potencial para este tema. En primer lugar, porque existen muy buenos músicos en el Perú, muy buena música, y muchísimas influencias que recoger y con las cuales jugar y realizar nuevos experimentos. Uno de los más interesantes es el de La Gran Reunión (del que me enteré por el blog de Heduardo), una nueva compilación de música criolla de Lima de la se habla como “el Buena Vista Social Club peruano”.

Así como esto, hay muy buenas cosas que no encuentran la difusión que deberían, también en gran medida porque los consumidores musicales no sabemos bien cómo llegar a estas cosas. Quizás el primer punto de partida sería aliviar un tema de información – de los grupos, de los músicos, de dónde conseguir la música, dónde descubrirla, cómo catalogarla, cómo se relaciona entre sí, dónde se dan las presentaciones, etc. Esto mismo es también parte de un proceso de aculturación, de un aprendizaje sobre cómo vincularse con el arte y la cultura.

Éste es un compendio de preguntas, en realidad, y quiero saber más. Si alguien sabe de otros grupos que estén jugando con promoción en la web (de hecho los hay), si alguien que esté jugando con esto quiere compartir los resultados, si quieren promocionar más grupos, empecemos. Podemos ir coleccionando información, o por lo menos mapeándola, y luego ver qué podemos hacer con eso. Este tema da para mucho más, desde la producción, la distribución, la promoción, la comercialización, la presentación, etc., y toda una serie de temas que me gustaría ir explorando en torno a hacer música en el Perú.

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Saicomanía http://www.invasionesbarbaras.com/2008/10/04/saicomania/ Sun, 05 Oct 2008 04:52:39 +0000 http://www.invasionesbarbaras.com/?p=62 Héctor Chávez, cineasta peruano radicado en Holanda, está preparando un documental sobre los Saicos, el emblemático grupo de rock peruano de los sesentas que en más de una medida estaba adelantado a su época. “Saicomanía: The World Should Know” busca recoger la importancia de esta banda que es, en términos generales, poco conocida por el público en general, pero que en más de un lugar del mundo ha tenido una importante influencia con su sonido proto-punk. De hecho, incluso recién me entero que el propio Iggy Pop era fanático de los Saicos.

El trailer:


Trailer 2008 from Saicomania on Vimeo.

Es impresionante que los Saicos no reciban el reconocimiento que justificadamente se merecen, no sólo en la historia del rock peruano, sino en la historia del rock latinoamericano e incluso más allá. Sólo unas pocas bandas -aunque cada vez más- recogen su influencia o les han rendido tributo en algún momento. Se trata, incluso podría decirse, de la banda que dio inicio al rock en el Perú:

Existe, sin embargo, cierto consenso en afirmar que el rock peruano empezó a hablar su propio lenguaje en 1964 con la aparición de Los Saicos, que fue una de las primeras bandas de Sudamérica que escribió sus propias canciones. Integrada por Erwin Flores (segunda guitarra y voz), César Castrillón (bajo), Rolando Carpio (primera guitarra) y Pancho Guevara (batería), Los Saicos fue una banda visceral, descarnada pero también enormemente divertida cuyo nombre era una variación de dos términos igualmente inquietantes: “sádicos” y “psychos”. Los Saicos hicieron gala de un perverso sentido del humor y de una desaforada agresividad que se plasmó en un puñado de singles lanzados por el sello Dis-Perú y que sólo recientemente fueron reunidos en un álbum editado por el sello español (!!!) Electro Harmonix. (Pedro Cornejo, Alta Tensión: los cortocircuitos del rock peruano, emedece, 2002, p. 21)

En mayo de este año, la banda mexicana Café Tacuba dio un formidable concierto en el anfiteatro del Parque de la Exposición en Lima. En él, sorprendieron cerca del final (o bueno, cerca del primero de los finales -el concierto duró casi tres horas-) con una versión rápida del single más emblemático del grupo, “Demolición”. Imperfecto, pero demasiado feeling. Incluye video:

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