Caminar

June 30, 2009 – 8:02 pm

Me encanta caminar, a pesar de que Lima es una ciudad muy poco caminable. Tenemos una muy mala relación con el espacio, y peor aún, con el peatón.

Leyendo el blog de Juan Freire después de tiempo me encuentro con un proyecto para peatonalizar un espacio vinculado con una campaña en medios sociales, como Facebook. Construir un espacio habilitado para peatones sería un gran triunfo para una ciudad como Lima, que por múltiples razones se sigue construyendo como una ciudad para autos, y no consigo entender por qué. Sobre todo la desregulación de la importación de autos usados durante los años noventa ha significado que el automóvil se convierta en el principal medio de transporte dentro de la ciudad, generando un problema del huevo y la gallina: hay más autos porque no hay transporte público eficiente, y no hay transporte público eficiente porque la gente se mueve en autos.

Claro, hay un enorme sector mal atendido que utiliza el transporte público todos los días. El mismo sector que hoy día ha sufrido enormemente por un paro de transportistas. Pero todos nuestros trazados, nuestras obras públicas, nuestros proyectos de transporte van en la misma dirección: ampliar la capacidad para que el hipercomplicado problema del tráfico en Lima pueda aliviarse de alguna manera.

El proyecto de peatonalización resalta la importante idea del diseño, y lo que el diseño puede hacer por un espacio. Y en Lima, no faltan espacio que puedan integrarse de una manera peatonal mucho más cohesionada – no que tengan que volverse exclusivamente vías peatonales, pero sí calles y avenidas por las que se pueda caminar de una manera mucho más disfrutable. Los beneficios terminan siendo múltiples: en términos de salud y calidad de vida, por ejemplo, de ornato, pero también en términos comerciales y económicos.

¿Por qué es esta idea importante? Porque la peatonalización le da vida humana a una ciudad. Recupera la idea de que la ciudad, en gran medida, nos pertenece y que hacemos de ella un espacio para algo más que la supervivencia. Cuando uno quiere simplemente pasear, las opciones que le quedan suelen limitarse a espacios mediados por el consumo. Si quiero sentarme con amigos a conversar, ocurre lo mismo: no existen espacios, en el sentido literal del asunto, en los cuales podamos existir cómodamente sin que exista algún tipo de mediación del consumo – tener que comprar algo o sentirnos mal por ocupar una mesa. El problema es que esta lógica fácilmente se traduce a otros espacios: el ámbito político, por ejemplo, se convierte en un espacio ajeno, al cual hay que pagar para entrar. El espacio urbano se convierte en un espacio por el que nadie se preocupa, cuyos problemas se resuelven tirando más concreto encima para facilitar el desplazamiento de masas sin nombre a lugares sin nombre.

Caminar por una ciudad es darse cuenta de su lenguaje, de sus problemas, de las diferentes cosas que hay en ella y que a menudo nos sorprenden. En Lima, en gran medida no tenemos ese privilegio, cuando debería ser algo tan fácil de conseguir. Ampliando algunas veredas, mejorando la iluminación de algunas zonas, conectando las pocas áreas verdes y parques que tenemos, se podrían conseguir fácilmente circuitos por los cuales la gente pueda caminar, correr o montar bicicleta. Si empieza a circular mayor tráfico peatonal por zonas comerciales, eso de por sí es un incentivo para que aparezcan restaurantes, bares, cafés, tiendas, y demás espacios donde la gente puede parar en el camino. Lo que se consigue efectivamente es, también, revitalizar una zona. Y lo más importante, es que se revaloriza el espacio de la ciudad para que los ciudadanos empiecen a verse más reflejados en ella no simplemente como el lugar en el que se ven obligados a sobrevivir, sino como un espacio con el cual se encuentran personalmente involucrados.

¿Cómo podrían los peatones recuperar las calles y hacerlas caminables?

  1. 1 Trackback(s)

  2. Jul 7, 2009: Invasiones Bárbaras » Blog Archive » Espacios experimentales

Sorry, comments for this entry are closed at this time.