Educación moral a través de la cultura popular

May 17, 2009 – 4:53 am

Hace unos días tuve oportunidad de realizar una presentación sobre la serie de anime Death Note desde una perspectiva filosófica, en una conferencia organizada por el Bunka Yugo Club de la PUCP. El BYC se dedica, según ellos mismo explicaron, a promover la interculturalidad y el acercamiento, en particular, a la cultura oriental, a través de diferentes actividades que incluyen la proyección y la discusión de series de anime, como Death Note.

Muchas cosas del evento me sorprendieron y me han dado mucho que pensar. Empezando por el lleno total de la sala: en su mejor momento, la sala no sólo estaba completamente llena (con una capacidad fija de alrededor de 80-100 personas), sino que la gente estaba abarrotada en los pasillos laterales y en las puertas. Había más gente en ese salón que la que normalmente hay para una clase. Segundo, por el grado de involucramiento. La gente, la mayoría al menos, estaba muy metida en el tema, muchos de ellos grababan el audio, otros tomaban video y fotos, era una cosa realmente alucinante.

Tercero, y lo más interesante. La discusión. Obviamente, nuestro objetivo en la conferencia era llevar el “texto”, Death Note, a los límites de la interpretación, reintroducirlo en nuevos contextos desde los cuales nos dijera cosas nuevas y medianamente interesantes. Lo cual nos llevó a discusiones largas y complejas sobre el bien y el mal, la moral, la responsabilidad, la política, el Estado, el poder, la legitimidad, y demás. Pero había discusión, y había buenas preguntas y temas planteados, quizás mejores de lo que encontraríamos normalmente en una clase de filosofía. He allí lo interesante del asunto: cambiando un poco el contexto y el referente de la discusión, estas personas no tenían ningún problema en pasearse por analogías, comparaciones, ejemplificaciones, armando argumentaciones y defensas convincentes de diferentes puntos de vista. Fue una discusión sumamente interesante.

Hay mucho pan por rebanar aquí. Pero lo que más quiero resaltar aquí es la oportunidad, y el desafío, que este tipo de experiencias nos plantean. Yo mismo he experimentado en clases el problema de no poder involucrar a los alumnos tanto como me gustaría, compenetrarlos con temas que definitivamente son lejanos y complicados y, encima, luchar contra el que no lean, que no se informen, que no manejen los referentes. Pero quizás estamos partiendo de los referentes inadecuados, y utilizando las estrategias inadecuadas también. Ellos tienen ya ideas en la cabeza sobre estos y varios otros temas, sólo que estas ideas están codificadas en un idioma diferente. Y no digo que entonces tenemos que traducir todo a ese idioma, y legitimar el que no lean textos que no les interesan y cosas así. Pero, ciertamente, partir de los referentes que conocen y que tienen una marca de confianza para ellos es una mejor entrada para luego vincularlos con otros contenidos, que lo que solemos intentar. Al menos, basado en esta experiencia, parecería ser algo más efectivo.

Justamente, hace unos días me conseguí el libro Everything Bad Is Good For You: How Today’s Popular Culture Is Actually Making Us Smarter, de Steven Johnson. No he podido empezar a leerlo aún, pero creo que me dará mucho material en esta línea. De las primeras páginas:

Espero que para muchos de ustedes este argumento resuene con una sensación que hayan tenido en el pasado, aún si lo hubieran reprimido en ese momento – una sensación de que la cultura popular no está encerrada en una caída en espiral de estándares en deterioro. La próxima vez que escuchen a alguien quejarse de mafiosos violentos en la TV, o desnudez accidental en la pantalla, o la superficialidad de los reality shows, o las miradas perdidas de los adictos al Nintendo, piensen en la curva somnolienta elevándose firmemente por debajo de todo ese caos superficial. El cielo no se está cayendo. De muchas maneras, el clima está mejor que nunca. Sólo se necesita de un nuevo tipo de barómetro para darse cuenta. [Traducción mía]

Pensar en la educación moral de la cultura popular requiere de todo un nuevo conjunto de categorías, criterios y conceptos. Ver los problemas de la naturaleza humana reflejados en Lost, o la problemática política contemporándea sobre los derechos civiles retratada en 24, requiere no tanto que reformulemos Lost y 24 para que toquen los temas de una mejor manera. Por el contrario, requiere que nos reformulemos nosotros mismos no sólo para saber identificar estas tramas, sino para saber ponerlas en un contexto más amplio dentro de nuestra experiencia de consumo de medios y de información. Lo cual, además, no tiene por qué significar que la cultura popular se vuelva aburrida en la medida en que se vuelve “educativa”, sino que todo lo contrario, es ampliar el espectro de significado que tienen los objetos culturales que nos gustan.

Y creo que por eso todos los que estaban allí ese día escuchando sobre Death Note lo encontraban suficientemente interesante como para sacrificar su hora de almuerzo por ello. Porque el interés ya está formulado, y está tan formulado que quieren saber más, y quieren tener más herramientas para poder sacarle más contenido a los productos que consumen. Con un poco de suerte, los que expusimos algo allí les brindamos algunas más herramientas que incluso incrementarán su gusto por la serie.

O quizás no. Es muy pronto para saberlo. Pero creo que aquí hay mucho material muy interesante para seguir revisando.

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  2. Jun 20, 2009: El desafío a las profesiones 3 « Castor Ex Machina

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