Tratando de entender lo que tratamos de entender

January 2, 2008 – 11:46 pm

Repentinamente se me ocurrió un pequeño flash de inspiración, de algo que no tengo ninguna certeza o garantía que funcione: el gran propósito, el Gran Tornillo, lo que quieran. La pieza que faltaba, que un poco le daba consistencia al asunto. ¿Para qué IB? En principio, y ni eso, como en por la 4ta revisión, la premisa se volvió a hacer el ejercicio de una crítica cultural en su sentido más amplio, ver lo que pasa y por qué pasa y ese tipo de cosas. Pretensioso, elitista, pseudoilustrado, todo lo que podría esperarse de nosotros (uno no puede sino ser quién es). Quizás el asunto no va tanto por allí, sino más bien por entender más bien precisamente este lugar en el cual tratamos de posicionarnos (plurales van y vienen, pero debo admitir que hablo un poco solo en esto). Precisamente aquella gran lucha por la definición de IB es el gran núcleo del asunto: border line, como le llaman, ese limbo que existe entre lo académico y lo pop. ¿Por qué ese nicho? Quizás simplemente por narcicismo, por llamar la atención.

Pero en ello radica, precisamente, la pregunta. Lo interesante no es, bajo este nuevo ejercicio, ni siquiera aquello que decimos, o los temas que escogemos, sino por qué escogemos estos temas, por qué buscar este enfoque particular de estar fuera y fuera, de no querer “casarse con nadie” y sentirse especiales y contestatarios y todo eso. ¿Qué le falta al mundo académico que nos empuja hacia afuera? ¿Por qué nos sentimos excluidos, por qué sentimos que no tenemos allí espacio? ¿Y qué hay detrás de lo pop que al mismo tiempo nos atrae y nos repele?

En torno a esto se cuecen una serie de habas que me son, personalmente, bastante interesantes. Preguntas en torno al mundo académico en la actualidad, cuando se ve, además, amenazado en su forma tradicional por una serie de flancos y frentes. Preguntas sobre el proceso educativo mismo, sobre la manera como formamos nuevas generaciones cuando sus categorías mentales se ven transformadas por nuevas condiciones materiales. Preguntas sobre cómo la manera como entendemos el conocimiento y la autoridad se ven cuestionadas hoy día frente a nuevas formas de comunicación. En fin, miles de preguntas en torno a básicamente lo mismo. Qué le falta (o qué le sobra) al mundo académico que un puñado de sujetos vio la necesidad de refugiarse aquí, en el limbo, sin separarse del todo pero sin estar, ni poder estar dentro.

Mentiría (de nuevo) si dijera que ahora sí la tengo más clara, pero por lo menos creo que ahora sé un poco mejor cómo orientar mis ideas. Hay mucho que decir sobre los problemas de las comunidades académicas en la actualidad, problemas que han sido heredados por mucho tiempo y otro tanto de problemas nuevos que está afrontando con mayor o menor éxito. Opera una problemática, paradójica duplicidad que hoy se siente tanto más tensa: la academia tiene que ser conservadora para poder transmitir conocimiento válido, certificado por una comunidad forjada por la tradición; y al mismo tiempo tiene que ser innovadora para generar nuevo conocimiento. No siempre concilia de la mejor manera ambos impulsos, y por épocas uno es más fuerte que el otro. Su función, sin embargo, se mantiene casi constantemente la misma: ser algo así como un árbitro, un referente del conocimiento bueno y del malo, alguien a quien acudir cuando hay que resolver disputas. De allí que se le confunda frecuentemente con protectora de la verdad.

Pero hoy que la creación, la transformación y el consumo del conocimiento se han vuelto un fenómeno tan increíblemente complejo, es iluso creer que éste se limita a los confines de la academia, o que se le puede preservar allí por mucho tiempo. Las redes sociales han crecido demasiado y se han vuelto demasiado inmanejables como para pretender algo por el estilo. No sólo hoy cualquiera puede ser un experto, sino que en la economía de la información y del conocimiento todos deberían serlo. Y uno bien puede serlo sin ser refrendado por ninguna institución, ninguna comunidad más que una comunidad de interés.

Es mi idea personal que la academia no se está adaptando bien a estos cambios, y que por ello mismo su lugar como referente en lo que respecta al conocimiento se ve cuestionado. Quizás se trate más bien de invertir lo que parece el proceso iniciado: en lugar de parapetarse y enfrentarse al mundo exterior, abrir las puertas e integrarse de más y mejores maneras con la sociedad en general. Tratar de llevar el conocimiento y las discusiones lo más lejos posible. Ese tipo de cosas.

Quizás, sí, quizás por eso es que estamos aquí.

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