Sobrevivir en el mundo real para dummies IV

October 4, 2007 – 11:44 pm

Hoy día tuve una revelación particular respecto a lo que significa “mover el mundo”. Descubrí que es mucho más literal de lo que uno suele pensar.

Digamos que, en términos generales, a todos nos gustaría hacer algo realmente impresionante. Cambiar el mundo. Lo cual no es nada fácil, en realidad, y pareciera ser un privilegio reservado a unos pocos afortunados. Hoy tuve la suerte de conocer a uno de estos afortunados. Uno de esos tipos que se la juegan por una idea loca, esas ideas que cambian muchas cosas al mismo tiempo y que hacen mejores las vidas de muchas personas. Tanto así que logran convencer al mundo de que no están tan locos, y más bien que uno está loco si cree que él está loco.

La cuestión fue la siguiente: dos minutos después de conocerlo, me estaba abriendo las puertas de su trabajo, de su proyecto, de su idea loca, invitándome a conocer lo que hacía, a pasearme entre su gente y sus ideas y sus historias, y claro, uno se siente inmediatamente movido a conocer y aceptar la invitación. No tanto en virtud de que uno pudiera saber lo genial de la experiencia, sino en virtud de que a uno le ofrecen algo nuevo, y por lo demás gratuito en todo el sentido del término. Minutos después cuando pensé de nuevo sobre esto, fue que se me reveló el sentido de mover el mundo: mover el mundo es mover personas. Literalmente. Es ponerlos en movimiento. En alguna dirección, cualquiera diferente a la que llevan presentemente. Es simplemente ir por ahí lanzando ideas, ofreciendo oportunidades, no por un cálculo utilitarista, sino como una cuestión de azar. Si ofrezco a los demás la posibilidad de algo nuevo, en algún momento alguien tendrá que aceptarlo. La gran mayoría no lo hará. Pero así es como uno se la juega.

No estoy seguro de haberlo mencionado antes, y si no lo he hecho, ha sido una omisión fundamental. Es ya casi un lugar común (¡qué no lo es!) afirmar que hoy por hoy, no es tan importante lo que uno sabe como a quién conoce. Nuestras redes de contactos son un factor fundamental para el éxito de cualquier proyecto o iniciativa que nos planteemos. Pero esto de armar redes, por lo demás, suena horrible. Suena a recopilar tarjetas de contacto y números en la agenda ante la probabilidad de que en algún momento futuro tenga oportunidad de utilizar a alguien en mi beneficio. Aún si contemplo el ofrecerme a mí mismo a cambio recíprocamente, suena horrible. Además del trabajo, la inversión en tiempo que requiere articular una red de esta naturaleza. Junto con la paradoja que arrastra: los “contactos” que uno cree en tanto tales nunca serán realmente gente a la cual uno pueda acudir cuando realmente lo necesite. Son sólo conocidos ocasionales, nadie que haría algo por uno ni por quien uno haría algo.

Esta cuestión viene al caso en función a esta idea rara y literal de mover al mundo o poner al mundo en movimiento (no en el sentido de programa de ejercicios). Porque la manera como uno realmente mejor puede articular sus redes de contacto es si no se lo propone. No se trata de ir por el mundo buscando gente para coleccionar en una agenda. Se trata, más bien, de encontrar oportunidades en la interacción con la gente. Se trata tanto de mover el mundo, como de dejarse mover de vez en cuando. Suena como algo obvio, pero es el tipo de cosas que solemos ignorar cotidianamente. Solemos estar tan ocupados con grandes o pequeñas ideas, con tareas más o menos importantes, que olvidamos o ponemos en segundo plano la relevancia de sentarnos a conversar con alguien de la idea, de la tarea. O de escuchar las ideas de otra persona. Todos tenemos una historia que contar, pero estamos tan ocupados contándola que olvidamos escuchar la de los demás. Con lo cual no llegamos a mucho.

Quisiera hilar estas dos ideas. Primero, que el valor o el sentido de mover o cambiar el mundo radica en la cuestión absolutamente literal de buscar mover o cambiar a las personas e involucrarlas en algo nuevo. Simplemente proponerlo, lanzarles una idea, y si pican bien, si no también. De cada 100, 1 tendrá quizás ganas de escuchar. Pero por algún lado se comienza con las ideas locas (o por lo menos eso quiere creer Invasiones Bárbaras). Segundo, que el valor de articular redes de contactos, recursos imprescindibles, no está en su potencial de beneficio personal, sino en las oportunidades que surgen del contacto real con la gente al otro lado de la línea. Y hay maneras de vincularse con gente que no toman mayor esfuerzo, sino que más bien hacen que se sienta como una cuestión totalmente natural, como debería ser: invitar a alguien a tomar un café y conversar, vincularse a gente o grupos con los mismos intereses que uno, buscar oportunidades para conocer extraños en una fiesta. Uno mueve y se deja mover. La cosa pasa así a tomar un sentido totalmente diferente.

Por lo demás, odio el hecho de que este tipo de reflexiones terminan sonando a manual de autoayuda. Quizás sólo en el sentido de que lo escribo para mí más que para cualquier otra persona; pero esto no es ningún manual, ninguna fórmula, sólo vanos intentos de que el mundo me tenga un poco más de sentido. Espero que a alguien más le sirvan también, para eso, o para cualquier otra cosa. Si tiene que haber una moraleja hoy día, y espero que no, pero si tuviera que haberla, sería algo más o menos como que uno debe ponerse allí afuera y lanzarle ideas al mundo. Nada más. De nada sirven guardadas en tu cabeza, de cualquier modo. Si tienes algo que decir, dilo y mira qué pasa. Si no tienes nada que decir, haz más preguntas. Si puedes hacer ambas cosas, mejor.

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Comentarios bienvenidos.

  1. One Response to “Sobrevivir en el mundo real para dummies IV”

  2. Me encanta la literalidad de la idea de mover a la gente, y también el hecho de que se puntualice que no es una cuestión de establecer que una persona solo sea un medio calculado al milímetro para tus fines particulares (eso lo hace utilitariamente desagradable) sino mas bien que todo nazca de una interacción espontánea esa idea me gusta.
    Lo que mas bien me preocupa es que para decir las cosas “locas” que uno tiene en la cabeza, para preguntar (sobretodo en un contexto social y educativo como el nuestro) , casi para decir cualquier cosa fuera del libreto producto de nuestras dudas divagaciones y/o curiosidades, hay que tener valor y aunque esto ya lo hemos conversado, me interesa un montón el cultivo del valor para enfrentarse a la hostilidad del mundo, sera que siempre nace de situaciones extremas o se puede ir ejercitando para recuperar nuestras jóvenes ideas e ímpetus.

    By Sara on Oct 8, 2007

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